viernes, 5 de julio de 2013

Un día especial, que en realidad no lo es, y algunas verdades más...

Hoy tengo ganas de escribir de nuevo. El día ha salido muy diferente a lo que esperaba, pero no todo va a ser malo. Tengo toda una tarde y una noche para mi sola, así que voy a intentar aprovecharla. 

Hoy creía que pasaría un rato contigo, pero el miedo al rechazo, a que no me busques, me hizo decidirme por una huída en otra dirección y así evitar aquello que no quería oir: que no quieres estar conmigo, que prefieres estar con otra persona, o incluso solo. Eso duele, aunque tú no te des cuenta, porque últimamente no te das cuenta de nada, aquello que en otra época era una virtud que elogiaba y causaba una atracción, hoy se ha convertido en todo lo contrario. 

Y yo observo en silencio y desde la distancia. He decidido no intervenir más, dejar que tu camino siga el rumbo que tu has decidido. Observo divertida, extrañada y triste a un espectáculo que nunca creí que llegaría. Ya casi no reconozco a la persona que eras; querías cambiar tu vida, de vida, si, lo puedo entender (creo que nadie te conoce mejor que yo, la experiencia y los años marcan un grado) pero no entiendo que cambies aquello que te hacía grande. Y tú crees que no lo has hecho, pues perdona mi atrevimiento, y auque sea desde aquí, desde el anonimato y la distancia, porque me he prometido no intervenir más, estas perdiendo todas esas virtudes.

Espero que el cambio merezca la pena. Una vez se emprende un camino, hay que ser valiente para continuar con él. Yo seguiré observando, desde la distancia...

Ya no creo en las promesas, en las palabras, y ya casi en nada. La desilusión es cada vez mayor. No me digas más que soy tu mejor amiga, porque los dos sabemos que no es así. Tú no me tratas como si lo fuera, y yo ya no confío en tí.

Como en la leyenda de los palillos de marfil, conozco el final, y las palabras ya no engañan a los hechos. Lo que va a pasar se intuye, se demuestra. No es negatividad, no es desánimo, es realidad, no se puede negar la realidad!

Sigues siendo una obsesión, ojalá desaparecieras de mi mente, me haces más daño que otra cosa, pero el corazón manda, y cuando estoy contigo en realidad me siento bien... Maldito corazón incontrolable... Con el daño que me has hecho, la traición que desde hace seis meses se ha interpuesto en el medio de los dos. las no verdades, la realidad que intentas transmitir y que sé que no es cierta...

A ver si leyendo ésto varias veces logro convencerme que no me convienes, que debo sacarte de mi mente y mi corazón, que el amor ya no existe, que no me buscas y es por algo. No entiendo ese afán tuyo de alejarme de tí: me alejas por miedo, por poder experimentar, porque de verdad lo que nos ha unido tantos años se ha terminado...? Quizá la tercera opción sea la única verdad, y lo mío miedo a aceptar que así sea.

En fin. No quiero tirar la toalla, pero hasta que llegue ese momento, seguiré observando desde la distancia, distancia cada vez mayor. 

Algún día, cuando pase el tiempo, nos sentaremos a hablar, relajados y tranquilos, y tú podrás hablar con la verdad por delante, esa de la que ahora ya presumes. Pero recuerda que el que presume de algo, es precisamente de aquello que carece.

Y con el ánimo contrariado, como ya es habitual, os deseo una feliz tarde-noche a todos.


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